La rumba del Sur
La rumba catalana se desarrolla comercialmente en la era de la radio y la televisión. Inmediatamente se escucha fuera de Cataluña, y diversos artistas de otros lugares la incorporan a su repertorio, o se inspiran en ella para renovar la rumba gitana que se hacía sobre todo en Andalucía. Este proceso, despreciado por flamencólogos como José Manuel Caballero Bonald, que decretan la expulsión de la rumba del flamenco, produce al menos resultados interesantes en dos músicos de éxito, Bambino y Dolores Vargas, a finales de los sesenta y principios de los setenta. Bambino crea una serie de rumbas excelentes sobre temas descarnados, dolorosos y de amor prohibido. Aunque su forma sea muy similar a la de la rumba, su contenido se aparta radicalmente de los habituales temas alegres y festivos de la rumba catalana. Diego de Morón le acompañó a la guitarra durante años: este sobrino del legendario guitarrista flamenco Diego del Gastor tiene una forma de tocar elegante y sobria, con un compás implacable. En contraste, Dolores Vargas "La Terremoto" produce una serie de singles alegres de base rumbera, alguno de los cuales alcanza éxito popular.
Hay que destacar también a cuatro artistas que dejaron una fuerte huella marcando un camino para la rumba, y que paralelamente sentaron bases en el proceso de aparición de lo que luego se ha venido en llamar el nuevo flamenco, música popular basada en el flamenco y en el rock. En primer lugar, Paco de Lucía, cuya rumba Entre dos aguas marca una época al aparecer en 1973. Después Kiko Veneno (seudónimo de José María López-Sanfeliu), con los hermanos Raimundo y Rafael Amador forma un grupo llamado Veneno, que en 1977 lanza su primer disco, considerado por muchos una pieza básica de la música moderna en España. En él destaca la rumba San José de Arimatea, todo un cañonazo sobre lo que se escuchaba aquellos años. Enseguida, Camarón, que en 1979 publica La leyenda del tiempo, un disco arreglado por Ricardo Pachón y Kiko Veneno, con el que da un salto adelante y sin retorno; el disco contiene la rumba volando, compuesta y arreglada por el mismo Kiko. Y finalmente, a finales de los setenta y primeros ochenta, el guitarrista gitano Manzanita, en cuyo repertorio abundan las rumbas, abre amplios caminos comerciales. En su peor versión, lo que se produce como "rumba de allá" son las rumbitas de los Chichos o los Chunguitos, fenómeno social y comercial que emergió en los años setenta, con influencias del ambiente carcelario madrileño, pero que musicalmente da poco de sí. Los Chunguitos tuvieron un gran éxito, y además hicieron la banda sonora de las películas Deprisa, deprisa, de Carlos Saura, que tuvo en Berlín el premio a la mejor banda sonora, y después la de Perros callejeros. No es un tema geográfico ni nacionalista: rumberos catalanes como Los Chavós van por el mismo camino en la misma época. |