La estela del Gato
Del contacto con el Gato y de la tradición familiar de los gitanos de Barcelona surgieron diversos intentos de grupos renovadores. El primero fue Estrellas de Gracia, que grabaron el LP Sangre en 1988, y habían hecho una actuación espectacular en la Plaza de Sant Jaume durante las Fiestas de la Mercè pocos años antes, reforzados con viento y percusión hasta ser casi una big band rumbera. También los ya mencionados Ai, ai, ai: sus discos han sonado con cierta frecuencia, y aunque no destaquen por su imaginación cultivan una rumba en catalán, emparentada con la canción de autor y aceptable por el stablishment, que les ha posicionado bien comercialmente y les permite funcionar. Sus actuaciones son a menudo mejores que sus discos. Entre los gitanos rumberos más jóvenes descubiertos por el Gato, Yumitus pisa fuerte. Más tarde han surgido Sabor de Gracia (que dedican una canción al Gato) y Rumbaketumba, que recuperan al ya veterano Ricard Batiste Tarragona, y con los que colabora Xavier Batllés, un multiinstrumentista que fue uno de los puntales de la onda layetana de la Sala Zeleste en los setenta (con Víctor Amman, formó parte de la Orquesta Mirasol). Sabor de Gracia y Rumbaketumba han grabado CDs y actúan de manera intermitente, aunque se echa en falta en ambos casos más trabajo, un esfuerzo de producción y una dirección musical más sólida. En los últimos tiempos destacan también Raúl y la Lolailo Big Band con su disco Latino de Hospitalet, y en el barrio de Gracia Sicus Carbonell, con varios CDs a cuestas. |