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Gato Pérez

Portada del
LP Sardineta

Interior de la portada del
LP Carabruta de Gato Pérez

A finales de los setenta, un músico, compositor y poeta muy especial, Javier Patricio Gato Pérez, descubre la rumba catalana en las fiestas del barrio de Gracia y abre una nueva época. Barcelonés de origen argentino, conectado con el mundillo musical layetano marcado por el rock progresivo y el jazz, el Gato descubre una forma musical autóctona, popular, y que proporciona una base perfecta para sus poéticas letras. Son los tiempos en que los músicos de la onda layetana, con su base en la sala Zeleste, tras años de bucear en las fronteras del jazz-rock , buscan formas musicales con una base más popular y menos fría: la Orquesta Mirasol pasa de inspirarse en Miles Davis a descubrir la salsa, surgen la Rondalla de la Costa, Sardineta, Toti Soler se va a estudiar flamenco con Diego del Gastor en Morón (Sevilla)... y hasta se forma la Orquesta Platería, sobre el modelo de las orquestas de baile de fiesta mayor, pero incorporando a parte de la flor y nata de los músicos locales. En este contexto, el Gato conecta gente diversa y monta un grupo combinando a los músicos de jazz-rock de Secta Sónica con gitanos catalanes de Gracia o del Portal. Pronto saca un disco de rumbas que deja huella, Carabruta. Seguirán varios más. Algunos alcanzan lo que para la época es un notable éxito comercial, otros se oyen y venden menos. Los hay maravillosos, pero otros acusan la exigencia de la industria de sacar un disco al año, el peso de una sobreproducción. En cualquier caso, hay varios excelentes (incluidos algunos sólo disponibles en vinilo). Es muy probable que la rumba no hubiera seguido el mismo rumbo sin la saga del Gato. No es casual que en el barrio barcelonés de Gracia, cerca de la Plaza Raspall, donde él descubrió la rumba catalana, hoy haya una plazuela (y hasta un pequeño monumento en la plaza del Pueblo Romaní) dedicados a su memoria.