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Llevan su huella

Desde mediados de los ochenta se consolida el fenómeno musical de los nuevos flamencos. Siguiendo las huellas del Camarón de La leyenda del tiempo, pero también marcados por Kiko Veneno, Manzanita, Paco de Lucía y su sexteto, e incluso las Grecas, Smash o Lole y Manuel como antecedentes populares en los años setenta, surgen diversos músicos haciendo una música marcada por el flamenco en ritmos, forma de cantar y harmonías, pero con otros componentes. Lo que comparte es la etiqueta de llamarse genéricamente nuevo flamenco. Destacan Pata Negra, con los hermanos Amador, surgidos en 1978 del fin de Veneno, que tienen una mayor influencia del blues y de Jimi Hendrix (imprescindible su disco blues de la frontera); tras su disolución hay que seguir la pista de Raimundo. También hay que escuchar a los de Ketama, que practican la rumba con una creciente influencia salsera, y que son autores de discos de fusión con otros estilos (Shongai, con Toumani Diabate y Danny Thomson es uno de sus mejores discos). Finalmente, los primeros discos de Rosario contienen algunas rumbas deliciosas: al fin y al cabo, aunque criada en Madrid, es la hija de Antonio González, el Pescaílla. En su primer disco figura escucha primo, una rumba pulida como un diamante, que demuestra que es hija de su padre: sea la genética o el entorno, hay garra rumbera; esta canción también demuestra lo que puede hacer Raimundo Amador puesto a rumbear (algo que no suele hacer cuando va por su cuenta, pero que hace por sus amigos, y que ya hacía cuando tocaba en Veneno).