Creado el Más sobre Y Dios entró en La Habana: |
«Ni la Historia ni la revolución se han terminado»MANUEL MARTORELLEl Mundo, 15 / 12 / 1998El escritor Manuel Vázquez Montalbán presenta hoy en Madrid su última obra: Y Dios entró en La Habana, una profunda reflexión sobre la Cuba de hoy, todavía marcada por la histórica visita del Papa Juan Pablo II; sobre las posibilidades de apertura, sobre el papel de Fidel Castro como pieza clave para que no se rompa definitivamente el consenso entre la población, y sobre el surgimiento de corrientes que, recuperando las teorías heterodoxas de Antonio Gramsci, están cuestionando el dogmatismo del partido único. |
—La reflexión que se está haciendo ahora en Cuba sobre Gramsci y la importancia de la sociedad civil, ¿supone un distanciamiento del dogmatismo que caracteriza al partido único? —Sí, por eso el partido lo contempla con tanta alarma. Son los sectores transformadores del Partido, una franja próxima al poder —incluso hay algún ministro que estaría en esta línea—, quienes hacen del gramscismo la única posibilidad de interpretar de una forma marxista la situación utilizando las teoríaw sobre el bloque histórico, sobre la propia sociedad civil, sobre el concepto de bloque nacional, planteando que pueda ser una revolución nacional diferente, sin necesidad de obedecer a un esquema uniformizador. Lo que ocurre es que por ese camino se va a la pluralidad, porque el discurso gramsciano propone la pluralidad como alternativa al fascismo. Los sectores más ortodoxos del Partido Comunista mantienen una gran prevención hacia el gramscismo, pero hoy es el único discurso marxista que se oye, lo demás suena a retórico; se habla de Marx y Lenin como se menciona a Santo Tomás de Aquino. —¿No cree que mantener la actual situación puede provocar una salida más dura, sangrienta? —Esa salida era la más previsible hace dos o tres años, porque la dolarización, que está creando una división social, también está provocando un alivio; quien puede conseguir dólares puede tener cosas que antes no podía; eso dinamiza la economía y ha servido como un factor de relajación. Ahora, el misterio es la capacidad de mantener el consenso, sea por imposición o sea porque se conserve algo de lo que fue el espíritu revolucionario. Ellos son muy conscientes de que dependen de ese consenso. Y si se quema el aparato político aún queda como alternativa el ejército, que está generando grandes cuadros, managers, que el propio Gobierno está generando al promover a militares como directores de empresas en dificultades. 1) Reseña de Manuel Leguineche 2) Reseña de Jordi García 3) Reseña de Margarita Rivière 4) Reseña de J.J. Navarro Arisa 5) Reseña de Ana Salado 6) Artículos de MVM sobre Cuba |