M.V.M.

Creado el
20/5/99.


Más cosas:

1) Entrevista de Federico Campbell

2) Estudio de Francesc Arroyo


DE LA METANOVELA A LA NOVELA: MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN Y LOS LÍMITES DE LA VANGUARDIA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA

Malcolm Alan Compitello*

Prosa hispánica de vanguardia, 1986*


    En 1974 el conocido periodista y escritor de obras literarias vanguardistas, Manuel Vázquez Montalbán, efectúa un viraje literario. Abandona la vanguardia (nota 1) y comienza a cultivar con cierta asiduidad una de las formas literarias más tradicionales y estrechamente ligadas a la cultura de masas: la novela policíaca. Y no sólo es eso, resulta que uno de los intelectuales de izquierda más comprometidos y despiadados en sus ataques al capitalismo y al imperialismo americano, se convierte —a medida que España pasa de la transición a la solidificación de su democracia— en el cultivador más conocido (y seguramente el de mejor éxito) de todos los que indagan en este género. Que la forma que elige Vázquez Montalbán también sea muy vinculada a la sociedad de los "Imperialistas Yanquis" complica aún más este abandono de formas metanovelísticas a favor de la novela tradicional a secas.

    El propósito de estas breves líneas es indagar en esta aparente paradoja a través de un estudio de la evolución literaria de este escritor. Al compaginar este análisis con una meditación —aunque sea somera— sobre la crisis de la literatura española vanguardista, especialmente la novela, se hará ver cómo este supuesto cambio radical de Vázquez Montalbán, es paradigmático de cierta respuesta a la crisis de la literatura experimental.

    Las tendencias vanguardistas de Vázquez Montalbán nacen en la política. Son fruto de su militancia en la oposición al franquismo durante su paso por la universidad y su posterior militancia en grupos clandestinos. Éstos incluyen la segunda etapa de uno de los grupos de oposición más legendarios de la época franquista: el Frente de Liberación Popular o "Felipe" como lo denominaban sus militantes, en varias de cuyas publicaciones colaboraba Vázquez Montalbán durante una etapa en Madrid, y a su vuelta a Barcelona. (nota 2) Después pasó al PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña) y, a raíz de una manifestación en solidaridad con la huelga de los mineros asturianos en la primavera de 1962 varios miembros del partido fueron encarcelados: Vázquez Montalbán por un período de un año y medio. Posteriormente ha formado parte durante varios años, del comité ejecutivo de dicho partido. (nota 3)

    Es a partir de su salida de la cárcel que Vázquez Montalbán comienza a ejercer como periodista y ensayista en una variedad de publicaciones, hasta conseguir su presente posición como columnista de El País. (nota 4) Particularmente importante era su larga colaboración en Triunfo, porque una serie de cinco reportajes que hizo en 1969 con el título de Crónica sentimental de España fue publicado en forma de libro poco después. (nota 5) Otra colección de sus intervenciones en Triunfo, Capilla Sixtina, esta vez disfrazado con el pseudónimo de Sixto Cámara, también se editó como libro. (nota 6) Las dos colecciones y varios de sus ensayos como La penetración americana en España, El libro gris de la TVE, Cómo liquidaron al franquismo en dieciséis meses y un día, Diccionario del franquismo, Historia y comunicación social, ¿Qué es el imperialismo?, y Los demonios familiares de Franco, (nota 7) además de algunas de sus más recientes colaboraciones en El País, articulan claramente la relación entre ideario político y trabajo como periodista, si bien no abarcan la totalidad del polifacético talento del autor. (nota 8)

    El talante político de su producción se ve en los ataques de Vázquez Montalbán contra el imperialismo americano —y también contra el del signo opuesto—. El marxismo radical que informa su visión política es palpable en el reciente ensayo "La crisis de la izquierda", (nota 9) donde sostiene que la verdadera meta de la izquierda es la de estar siempre en la vanguardia de la lucha para el progreso y que no debe perderse en el falso camino de la codificación de sus valores, de su aparato y de su posición. (nota 10) Por eso fácilmente se asocian los planteamientos marxistas de Vázquez Montalbán con la vanguardia del socialismo radical que hoy en día quiere romper con la hegemonía tanto del imperialismo capitalista occidental como la del marxismo científico de la Unión Soviética. (nota 11)

    Tal proyección ideológica se plasma también en sus análisis de la situación nacional española, como algunos de los títulos arriba mencionados sugieren. Además, dichos textos se divorcian del típico análisis marxista por el tono jocoso y la forma iconoclasta que asumen. Esto es el caso, entre otros, de Capilla Sixtina y especialmente de Crónica sentimental de España que se convierte de esta manera en una radiografía de la simbología popular y, por extensión, del aparato ideológico que la sostiene y perpetúa; al mismo tiempo esboza lo que más tarde será un radical cuestionamiento de las formas en que el análisis social y literario se articula.

    Esta conjunción de un afán por la formas de la cultura de masas, el estudio de su manipulación y una estructura de argumentación que cuestiona las formas clásicas de llevar a cabo este tipo de análisis deja ver el tipo de andamiaje que sustentará la producción literaria de Vázquez Montalbán.

    Dejando en entredicho por razones de espacio su producción poética, (nota 12) su obra narrativa Recordando a Dardé (Barcelona, Seix Barral, 1969) representa el primer paso a posiciones que se desarrollarán en Manifiesto subnormal (Barcelona, Kairós, 1970). Será ésta la obra que servirá como el enmarcamiento de la etapa más experimentalista de Vázquez Montalbán y que le situará en la vanguardia de la innovación literaria española. (nota 13)

    Manifiesto subnormal es un ensayo que cuestiona sus propias formas en una peculiar mezcla de teoría y práctica, de crítica dura al capitalismo y su uso subyugador de los medios de comunicación de masas que dejan en un estado de subnormalización al hombre pensante, y juego literario con apelación a la cultura popular. Es un anti-ensayo, o si se quiere, un metaensayo. (nota 14) Para recordar la famosa frase del "gurú" del período postgutenbergiano —Marshall McLuhan— "The medium is the message".

    Es esta mezcla de literatura hecha sobre literatura y sobre los hitos fundamentales de la cultura popular, y de despiadada crítica social articulada desde la perspectiva de la izquierda radical pero en formas distintas de las usuales para este tipo de crítica, lo que hace del manifiesto y de las obras "subnormales" que lo siguen, Yo maté a Kennedy (Barcelona, Editorial Planeta, 1972), Guillermotta en el país de las Guillerminas (Barcelona, Anagrama, 1973), Happy end (Barcelona, La Gaya Ciencia, 1974) y Cuestiones marxistas (Barcelona, Anagrama, 1974) quizá el primer intento español de articular conscientemente una metaliteratura. Esto se ve especialmente claro si se acepta como caracterización de la metaficción la que da Inger Christensen en The Meaning of Metafiction. "In this study metafiction is regarded as fiction whose primary concern is to express the novelist's vision of experience by exploring the process of its own making. This definition indicates that only those works are considered as metafictional where the novelist has a message to convey and is not merely displaying his technical brillance." (nota 15)

    Si se coteja esta definición con lo que dice Vázquez Montalbán en la entrevista con Federico Campbell, el parecido entre lo que es la literatura subnormal y la metanovela se ve fácilmente. "Lo que traté de hacer fue un replanteamiento del lenguaje y de las capas convencionales del ensayo, pero con un propósito de comunicación." (nota 16) Es decir, resultan ser ambos radicales cuestionamientos de la forma pero con el propósito de ayudar a la comunicación.

    De ahí la paradoja de que en el momento en que otros novelistas españoles comienzan a experimentar con la metanovela, y antes de que los críticos la descubran, Vázquez Montalbán la abandona. A partir de la publicación de Tatuaje (Barcelona, Batlló, 1974) y pasando por La soledad del manager (1977), Los mares del sur (1979), Asesinato en el Comité Central (1981), Los pájaros de Bangkok (1983) y La rosa de Alejandría (1984) (nota 17) Vázquez Montalbán dedica casi todas sus energías narrativas al desarrollo del mundo del protagonista de esta serie de novela. Pepe Carvalho es gallego, ex agente de la CIA, gourmet, y cínico practicante que ejerce de detective privado desde una oficina en las Ramblas barcelonesas. Este protagonista —que sin duda comparte varios aspectos vivenciales con su creador— es heredero de los protagonistas de Dashiell Hammett: el operativo continental y Sam Spade, y es con toda probabilidad la figura más importante del actual boom que experimenta la novela policíaca española. (nota 18)

    Sus novelas policíacas le han proporcionado a su autor el reconocimiento público, y un nivel de enriquecimiento que no percibía por sus obras vanguardistas. (nota 19) Pero han provocado hasta cierto punto, una crítica desfavorable que ve en estas obras el abandono de proyectos literarios "serios", a favor de lo que un crítico ha llamado una literatura de cachondeo. (nota 20)

    Sin embargo, un examen de este cambio "capitalista" y "anti-intelectual", explica cómo el viraje narrativo de este autor no es ninguna de las dos cosas. En primer lugar, las novelas negras de Vázquez Montalbán están en la mejor tradición de su modelo: las obras de Dashiell Hammett. Como explica Steven Marcus en su importante ensayo sobre el autor norteamericano, (nota 21) durante su período de mejor creatividad, Hammett fue capaz de producir obras en las cuales se fundía un alto nivel literario con un compromiso político inaudito en la novela negra. Esto se ve claramente en que podía moldear las convenciones de una forma literaria altamente formulista como se supone que es la novela negra, y elevarla al nivel de LITERATURA, a la vez que no dejaba que su crítica social perdiera peso político. Esta combinación de elementos a que se refiere Marcus, es precisamente lo que subyace en la reelaboración de la novela negra que lleva a cabo Vázquez Montalbán.

    En su libro La novela en la transición, Santos Alonso explica que La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza (Barcelona, Seix Barral, 1975) representa un cambio de rumbo en las formas narrativas vanguardistas o experimentalistas anteriores. La nueva ficción hará uso de algunas de las técnicas de la literatura experimentalista pero adecuándolas "con mayor moderación y clarificación a la recuperación de aspectos tradicionales como el realismo, la narración argumental, la parodia e incluso la linealidad" (p. 95). Pero la evaluación de Alonso es peligrosamente esquemática. Se convierte a la vanguardia en una entidad estable, cuando de hecho su verdadera esencia es la contraria: esquivar constantemente una configuración estable, desplazarse siempre para evitar que se codifique como la forma literaria de la verdad metafísica.

    Si se concibe así, de una manera elástica y cambiante, a la praxis vanguardista, se explica el porqué un escritor del bagaje experimentalista de un Vázquez Montalbán abandona la posición metanovelística de su literatura subnormal y se apodera de la novela negra. ¿No hay que ver en esto un deseo de no perderse en la peligrosa circularidad en que la novela vanguardista española había caído? No se puede interpretar, pues, este cambio de la manera reductivista en que lo han caracterizado algunos críticas, porque lo que ha hecho Vázquez Montalbán es encontrar un medio nuevo para sus mensajes política y estéticamente vanguardistas. Mediante la manipulación de los límites del género de la novela negra, el juego con las percepciones preestablecidas de los lectores y el reconocimiento —como señala Marcus— de que la obra de Hammett es en sí altamente autorreflexiva, Vázquez Montalbán es capaz de usar la novela policíaca como vehículo para redefinir el concepto y los limites de la narrativa vanguardista. Es decir que una forma literaria que se percibe como "tradicional", cuando de verdad no lo es, sirve para reemplazar a la vanguardia anterior precisamente porque problematiza la dicotomía entre novela y metanovela; entre vanguardia y realismo tradicional. Por eso cuando Rafael Conte en su reciente artículo sobre la nueva novela policíaca española, dice que Eduardo Mendoza y Vázquez Montalbán no creen en la novela negra porque la cambian, se le está olvidando precisamente el valor de transformación a que se somete la novela negra en manos de estos autores. Se le olvida que "The medium is the message". En el caso de Vázquez Montalbán, es simplemente la necesidad de redefinir la vanguardia para no dejar de ser parte de ella. (nota 22)

    Hay en este proyecto de redefinición algo paradigmático para una posible solución de la crisis de la forma vanguardista en la novela española contemporánea. Esta crisis es fácilmente perceptible en la incapacidad de algunos de los escritores que formaban parte de la vanguardia de la novela española de los últimos años de la década de los sesenta y los primeros años de la siguiente, de romper con la circularidad en que su producción había caído.

    Si se considera, por ejemplo, que la reciente novela de Luis Goytisolo, Estela de fuego que se aleja (Barcelona, Anagrama, 1984) es, de verdad, la quinta parte de la tetralogía de Antagonía; que su hermano Juan ya ha escrito cinco volúmenes de la trilogía Mendiola; que La Ronda de Guinardó (Barcelona, Seix Barral, 1984), la última novela de Juan Marsé, sólo demuestra que no puede dejar de escribir Si te dicen que caí; que el primer volumen de Herrumbrosas lanzas (Madrid, Alfaguara, 1983) de Juan Benet a cierto nivel hay que considerarla como Volverás a Región simplificada, y que en la apoteósica codificación de la vanguardia Larva (Barcelona, Ediciones de Mall, 1984) de Julián Ríos —no hay nada que no hiciera mejor Joyce hace mucho tiempo—; se entiende porqué varios de estos autores buscan una manera de romper con esta circularidad. Y no es un azar, el que algunos de ellos hayan buscado en la forma policíaca una manera de rearticular —tal como lo ha hecho Vázquez Montalbán— las tendencias vanguardistas que caracterizan sus mejores novelas.

    Al final de la última novela policíaca de Vázquez Montalbán hasta la fecha, La rosa de Alejandría, Pepe Carvalho se prepara para unos de los ritos que le concede su creador para indicar el alto nivel de cinismo de este personaje: encender la chimenea de su casa con la ayuda de los libros de sus nutridos estantes. Esta vez, sin embargo, el libro escogido para el sacrificio es devuelto a su sitio. El libro es Poeta en Nueva York. En un nivel actancial, este acto de perdón se emplea para demostrar la evolución que va sufriendo Pepe. Pero a otro nivel, ¿qué acto mejor para textualizar la dirección que sigue Vázquez Montalbán, que hacer que el protagonista de una serie de novelas negras iconoclastas que idea su creador para reinventar la vanguardia, en su único acto de perdón salve de la hoguera la obra preclara de la primera vanguardia española, obra que también combina un mensaje social con el acto de problematizar los límites de la creación literaria?


Notas

(nota 1) El término vanguardia aquí se usa más o menos de la manera en que lo explica Renato Poggioli en su ya clásico The Theory of the Avant-Garde, Trans. Gerald Fitzgerald (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1968). (Volver al texto)

(nota 2) Sobre el "Felipe" ver Valentina Fernández Vargas, La resistencia interior en la España de Franco (Madrid, Ediciones Istmo, l981); Fernando Jáuregui y Pedro Vega, Crónica del antifranquismo, Vol. 1 1939-1962 (Barcelona, Argos Vergara, 1983) y Pablo Lizcano, La generación del 56. La Universidad contra Franco (Barcelona, Grijalbo, 1981). Es de notar que dedicó, hace poco, Vázquez Montalbán una de sus columnas en El País a esta organización clandestina, "18 de septiembre", 12 de julio de 1984, p. 56. (Volver al texto)

(nota 3) Ver los libros citados en la nota anterior además de un reciente estudio de Eusebio Mujal-León, Communism and Polítical Change in Spain (Bloomington, Indiana, Indiana University Press, 1983). (Volver al texto)

(nota 4) Entre ellos, ha trabajado en Triunfo, Interviu, Tele/Exprés, El Periódico, Mundo Diario, La Calle, Mundo Obrero y el legendario Por Favor del cual fue co-director. [Breve artículo sobre el Vázquez Montalbán periodista]. (Volver al texto)

(nota 5) (Barcelona, Lumen, 1971). [Bibliografía de ensayo]. (Volver al texto)

(nota 6) La Capilla Sixtina: del proceso de Burgos al espíritu de febrero (Barcelona, Kairós, 1975). [Bibliografía de ensayo]. (Volver al texto)

(nota 7) [Bibliografía de ensayo]. (Volver al texto)

(nota 8) Entre los libros que demuestran los vastos dominios que domina Vázquez Montalbán se puede citar Juan Manuel Serrat (Madrid, Jucar, 1972), Valencia. Selección de recetas (Madrid, Sedmay, 1981) y La cocina catalana (Barcelona, Libros de Bolsillo, 1979), además de un número casi interminable de prólogos a libros de otros escritores. [Bibliografía de ensayo]. (Volver al texto)

(nota 9) El País, 6 de mayo de 1984, pp. 12-13. (Volver al texto)

(nota 10) "Al fin y al cabo, la izquierda nació históricamente para ganar la batalla del progreso, y si la izquierda realmente existente no sirve, las necesidades humanas la sustituirán por otra", p. 13. (Volver al texto)

(nota 11) Para más información sobre este tema ver el excelente libro de Michael Ryan, Marxism and Deconstruction: A Critical Articulation (Baltimore, The Johns Hopkins University Press, l982). (Volver al texto)

(nota 12) [Bibliografía de poesía]. La "Poética", que pone a la selección de su poesía en la famosa antología de José María Castellet, Nueve novísimos (Barcelona, Barral Editores, 1970), pp. 57-60, demuestra los puntos de contacto entre su concepto de la poesía y el de los otros géneros que cultiva. (Volver al texto)

(nota 13) Como dice Vázquez Montalbán en una importante entrevista con Federico Campbell, "Manuel Vázquez Montalbán o la mitología popular", en el libro de Campbell Infame turba (Barcelona, Lumen, 1971), pp. 157-166, Recordando a Dardé era un primer intento de sintetizar en la narrativa, arte y política de una forma que se rompiera con sus convenciones. "La escribí en un momento en que estaba haciendo crisis el realismo social, y más que nada era un juego experimental para ver qué daba de sí la literatura política. Quería abandonar la línea realista e introducir elementos imaginativos y la ruptura del discurso típicamente narrativo, intercambiar poemas, párrafos de crónicas, para ver hasta qué punto forzaba la convención del relato" [(Ir a este punto de la entrevista)], pp. 163-164. (Volver al texto)

(nota 14) "Tampoco me podía quedar al nivel del ensayo. La crítica constante, la negación continua que se hacen en la obra de sus propias tesis, me llevó a hacer un antiensayo, es decir, un ensayo que adopta la forma sacralizada del ensayo, pero que se rompe bruscamente y adopta una fórmula convulsiva". [(en la entrevista de Federico Campbell, ver nota precedente o ir a este punto de la entrevista)]. (Volver al texto)

(nota 15) (Bergen, Norway: Universitetsforlaget, 1981), p. 11. (Volver al texto)

(nota 16) [(En la entrevista de Federico Campbell, ver nota 13 o ir a este punto de la entrevista)] (Volver al texto)

(nota 17) Todas las novelas policíacas de Vázquez Montalbán después de Tatuaje las ha publicado Editorial Planeta de Barcelona. [Bibliografía de narrativa]. (Volver al texto)

(nota 18) En "The attack of the Gumshoes: Some Reflections on the Recent 'Boom' in Spanish Detective Fiction", conferencia presentada en la Southeast Conference on Foreign Languages and Literatures en l985, el autor de estas líneas estudia este fenómeno. Una versión de esta conferencia se prepara para la publicación. (Volver al texto)

(nota 19) Todas las novelas de Pepe Carvalho han sido best-sellers. Los mares del Sur ganó el Premio Planeta de novela en 1979 y, más tarde el Prix International de Littérature Policier, París, l981. Tatuaje y Asesinato en el Comité Central han sido llevados al cine y dentro de poco habrá una serie en la T.V.E. basada en las aventuras de Carvalho. (Volver al texto)

(nota 20) Esta opinión la expresa Juan Antonio Masoliver en "The Spanish Novel from l972 to l982: A Mirage of Freedom", en Spain. Conditional Democracy, Ed. Christopher Abel and Nissa Torrents (London: Croom Helm, 1984), pp. l15-l24. Comparte esta visión negativa de la obra de Vázquez Montalbán Santos Alonso en su reciente libro La novela en la transición (Madrid, Puerta del Sol, 1983) y, hasta cierto punto Ignacio Soldevilla Durante en La novela desde 1936 (Madrid, Alhambra, 1980). Dos estudios sobre la novela policíaca española que tienen amplia información sobre Vázquez Montalbán son "Policías y ladrones o el juego qur quería ser real" de Rafael Conte, El País, suplemento de libros, 5 de agosto de 1984, pp. l, 3, y el muy comprensivo estudio de Salvador Vázquez de Parga "La novela policíaca española", Los Cuadernos del Norte, Número 19 (mayo-junio de l983), pp. 24-37. [Después de la publicación de este artículo han sido publicados numerosos estudios sobre la obra de Vázquez Montalbán. Algunos de ellos están reseñados en una página de esta web]. (Volver al texto)

(nota 21) "Dashiel Hammett", en The Poetics of Murder. Detective Fiction and Literary Theory, Ed. Glenn W. Most and Willian W. Stowe (New York, Harcourt Brace Jovanovich, 1983). pp. l97-209. (Volver al texto)

(nota 22) La concretización de los pormenores de la crítica social que hay en el contenido de las novelas de Pepe Carvalho queda fuera del alcance de este ensayo. Pero no es al azar que Vázquez Montalbán sitúe la evolución de este personaje en novelas que abarcan la historia más reciente de España (de la transición a la democracia en adelante) que le da un punto de mira apropiado para comentar esta evolución. (Volver al texto)


Más cosas:

1) Entrevista de Federico Campbell

2) Estudio de Francesc Arroyo


*Malcolm Alan Compitello es actualmente jefe del departamento de español y portugués en la Universidad de Arizona, en Estados Unidos. Cuando publicó este artículo era profesor en la Michigan State University, en Estados Unidos. Este artículo fue publicado en el libro Prosa hispánica de vanguardia, editado por Fernando Burgos en Madrid en 1986.