Creado el Más sobre El pianista: |
|
"La intelectualidad se dividió. Un sector se convirtó en proveedor de ideología para el gobierno, otro sector se volvió hacia la pasividad o la indiferencia acaso cínica acerca de lo político, y un tercer sector, numéricamente minoritario, siguió manteniéndose fiel a la tradición crítica y activa de la izquierda" (nota 8). |
    Obviamente, en el segundo grupo incluye a escritores como Jesús Ferrero, y en el último a sí mismo, con lo cual su militancia contra la posmodernidad queda indudablemente explicitada.
    El pianista se nos presenta dividida en tres partes. La anacronía narrativa se manifiesta a través de un mecanismo proléptico: la parte I transcurre en 1983; la II, en 1946; y la III, en 1936.
    En la parte primera hay protagonismo colectivo —la intelectualidad española desencantada—, un personaje representativo o personaje-clase en la terminología de Gil Casado representado por un enfermo terminal, Ventura (recordemos que el nombre de guerra de Pepe Carvalho cuando militaba en la izquierda era el mismo) (nota 9), y una parodia del triunfador posmoderno encarnada en Toni Fisas, el yuppie que vive en Nueva York. La narración es lineal, hay condensación temporal y abundancia de diálogos. Observamos, pues, un predominio de las técnicas propias del realismo social. En la narración cunde la desesperanza. Uno de los actantes resume las perspectivas que tienen los más jóvenes y alude tangencialmente al mundo desarrollado en Ballenas: "O se enchufan con la Generalitat los de Convergència o en los ayuntamientos socialistas y comunistas. Y todo lo demás paro, subempleo y vida contemplativa en las casas rurales semiabandonadas de las familias (...)" (nota 10). Asimismo, enuncia ácidamente sus códigos de conducta: "Todos nosotros somos socialdemócratas profundos. Convivimos socialdemócratamente. Pactamos cada mañana el turno del cuarto de baño y el polvo por las noches y tratamos de inculcar en la gente la tesis del mal menor" (nota 10).
    En la segunda parte, persisten las técnicas del realismo social. No obstante, la aparición de lo simbólico —el viaje demencial por los terrados; el arriba y el abajo; la exclusiva presencia del proletariado antifranquista— determina una aproximación hacia el cambio operado en 1962 con la publicación de Tiempo de silencio. La esperanza es el motor fundamental de esta zona de la novela.
La última parte despliega las técnicas propias del realismo dialéctico y la novela experimental: desorden cronológico, retorno de personajes individuales, disgresiones, intercalación de cartas. Ahora, la fe en el triunfo de los ideales de la República es el tema central. (nota 11).
    El pianista constituye una honda reflexión ética sobre el papel del artista en la sociedad y una respuesta a la avanzada posmoderna. Fiel a la tradición crítica, su autor pretende desde la construcción y el sentido de su novela mantener vigente y actualizada una corriente literaria ligada al concepto sartreano de "compromiso".
    Manuel Vázquez Montalbán sintetiza su postura en el prólogo de su Historias de política ficción:
"No oculto mi creencia, tan evidenciada en El pianista, de que las promociones que vivieron la guerra civil española alcanzaron una estatura polisémica de imposible equivalencia en estos tiempos de supervivientes sin esperanza" (nota 12). |
    (...)
Notas
(nota 1) Díaz, Esther. "Qué es la posmodernidad" en ¿Posmodernidad? de Esther Díaz y otros, Buenos Aires, Editorial Biblos, 1988, pág. 20. (Volver al texto) Más sobre El pianista: *Ricardo Sánchez Beiroa, cuando publicó este estudio, era profesor en la Universidad Nacional de La Pampa en Argentina. Este artículo es un extracto del estudio publicado en el libro Moderno y postmoderno en España, editado por el Consulado General de España en Rosario, Argentina. |