Empecemos con una pregunta clásica a la que habrá contestado centenares de veces: ¿qué papel desempeña hoy en día la literatura?
Una buena novela dura mas que un orgasmo, bastante más que una larga película, y tiene la virtud de hacerte ver el mundo con los ojos de otro; ofrece información en profundidad sobre una sociedad, explora los paisajes humanos y contiene material estimulante para la imaginación; es quizá el acto cultural más subersivo que hoy existe. En sociedades tan autocomplacientes
como la nuestra, es quizá el único espacio que aún
está produciendo pensamiento utópico.
Su obra ha sido traducida en muchos
países, en los que ha conseguido un éxito muy notable sin
que usted haya renegado de su posición de escritor con una precisa
orientación política. ¿Cómo se explica su éxito
en Estados Unidos, donde no parece haber espacio para ideales como los
suyos? ¿Podría ser que allí leyeran sus novelas limitándose
a la fachada policíaca?
No cometamos el error tan común
a la vieja izquierda latinoamericana de ver a los Estados Unidos como una
sociedad homogénea. He encontrado a mis lectores en muchos lugares,
entre ellos en los Estados Unidos y no parecen ser menos inteligentes que
los europeos.
Belascoarán, sobre todo últimamente,
es un personaje atípico: parece al mismo tiempo una parodia y un
calco de los estereotipos del "hard boiled": es cojo, tuerto, comparte
su oficina con otros personajes, es ingeniero, etc. ¿Esto es intencional
o es el resultado más o menos casual de decisiones que usted ha
ido tomando con el tiempo (de hecho el primer Belascorán es más
"clásico")?
Belascoarán es cualquier cosa menos
paródico. Su deterioro ha sido progresivo y tiene que ver conque
andar en las historias que él anda constituye un oficio en el que
no existe la impunidad.
Los personajes secundarios de sus novelas
son a menudo completamente de fantasía, pero también muy
a menudo son referencias a personas reales. ¿Se trata de homenajes
o de una manera de construir personajes?
No existen personajes secundarios, existen
personajes. Mi galería de personajes incidentales, menores (en el
sentido del espacio que ocupan), es un homenaje a la complejidad de la
vida y a ella acudo frecuentemente para construirlos, robando de aquí
y allá, de mi propia fantasía y de la realidad real.
¿Por qué sus personajes
son todos ateos o almenos agnósticos? Lo entiendo en los personajes
principales pero, siendo México un país católico,
¿por qué no aparecen nunca personajes creyentes?
No había reparado en el hecho. Lo
siento. Pero me he movido en muchas capas de la sociedad mexicana y el
catolicismo es un hecho en la mayoría de los casos privado, no público.
Entre las clases medias urbanas, abundamos los ateos. Pensaré el
asunto en futuras novelas. Lo prometo.
Sus personajes son a menudo escritores
o periodistas y suelen ser emarginados: el detective solitario y sin blanca,
el escritor de novelas de género (El Jefe Fierro), la periodista
(Olguita) y luego anarquistas, abogados de prostitutas, etcétera.
Evidentes estereotipos del género noir. Pero, ¿por qué
no escribe una novela sobre un funcionario de policía? ¿Porque
es usted mejicano o se trata de una elección artística?
Hay policías en mis novelas. Todos
ellos, en todas, situados siempre en el lado de lo criminal. Bastante mexicana
esta apreciación, pienso.
Se le considera a usted un escritor
de género, y por fin esta denominación no tiene connotaciones
negativas. ¿Ha pensado alguna vez en escribir una novela diferente,
por ejemplo una historia de amor?
Me apetece cada vez más incursionar
en el espacio abierto de lo que llamamos la nueva novela de aventuras,
un cruce genérico que incluye la novela policiaca el folletín,
la novela de aventuras, la novela negra; pero en Italia se han publicado
libros míos más en la línea de lo que llamaríamos
novela histórica o historia narrativa o política ficción
como "Héroes convocados" o "Máscara azteca y el doctor niebla".
Entre los proyectos que tengo empezados hay algunas cosas que tú
llamarías "diferentes". ¿Novelas de amor? ¿Por qué
no?
Además de a Salgari, que sabemos
que usted aprecia mucho, ¿a qué escritores italianos le gusta
leer?
Sciascia, Calvino, Leopardi, Pavese.
James Ellroy y Daniel Pennac. ¿Qué
piensa de sus novelas?
Mi lista de autores "negros" contemporáneos
incluiría a Jean Francois Villar, Vázquez Montalbán,
Charyn, Marc Behm, Chavarría, Martin Cruz Smith, Julián Ibáñez,
Rolo Diez, Berger, Ross Thomas, Manchette y sí, Ellroy y Pennac.
Todos ellos por la expoloración social que han producido con su
literatura, por su habilidad para construir escenarios anecdóticos
complejos, por su vocación de experimentación dentro del
género.
Y por último: ¿qué
está escribiendo actualmente?
La secuela de "Sombra de la sombra". Veinte
años después. Una novela llena de ambiciones donde intento
poner tofdo lo qure ha aprendido como escritor estos últimos años,
una novela de aventuras. Se llamará "Retornamos como sombras" y
algún día de estos las terminaré.
¡Muchas gracias! |