Presentación de la Semana Negra 1995

Hay Festivales que nacieron blancos, vuelan como flamencos sobre los procelosos mares del festivaleo, reciben un limitado interés de la prensa local y de algún periódico del corazón, interesan un poco, no apasionan, no calientan la sangre, no tienen enemigos, ni detractores, ni verdugos.

La Semana Negra no forma parte de esa familia.

Con ocho años de vida, la SN es cualquier cosa menos eso. Ave de tempestades, ha despertado con la misma intensidad amores y odios, bastante más de los unos que de los otros; ha convocado a verdaderas multitudes, ha recibido el aplauso de los medios informativos de un tercio del planeta, y ha concentrado en Gijón a lo más interesante del género negro, esa literatura que se ocupa del lado oscuro de la actualidad.

Discutir la realidad internacional desde fuera del ghetto del la literatura blanca; desde el compromiso, la tensión, la propuesta del cambio, es apasionante... y para algunos molesto.
 

Pero hay algo que tensa aún más las cuerdas del verdugo. El nuestro no es un festival de minorías, no busca torres de marfil ni castillos de cristal adornados con una cereza en las almenas.

Nuestra vocación callejera, nuestra idea de integrar los espacios minoritarios de la cultura en un gran colectivo de contagio, resulta ofensiva para los puristas y reaccionarios. Mientras ha resultado un éxito en términos del gran público y de los periodistas y autores presentes en el festival, molesta a los menos que las mesas redondas salgan a la calle, que el debate se roce con la feria, que el concierto magno tropiece con la feria del libro, que el teatro conviva con el bar y la venta de nuestro diario con la churrería.

Molesta el interclasismo, la vocación de pobres, el tercermundimo asumido, la voz áspera del antiracismo y la trompeta de mariachi; molesta al pueblerino la vocación de desplegar Asturias hacia lo universal.

Coño, molesta lo que nos gusta.

Molesta el desparpajo, la innovación de la mezcla de lo cultural duro con lo popular cultural, de la cultura de calle, del festival integral. Molesta que aquí se discuta en serio en ambiente de fiesta, molesta que se vendan libros en medio de la romería, molesta que los contagios operen sistemáticamente deteniendo al paseante, que avanza nieto en mano hacia los caballitos, en la mesa redonda, y que el escritor pase de la entrevista en público a la terraza del bar.

Molesta a los menos, a muy pocos, podríamos decir.

Pues bien, 8 ediciones ya...

Que corra la sangre por las venas.

Que les moleste bien.

Paco Ignacio Taibo II
Director (accidental) de la Semana Negra de Gijón