M.V.M.

Creado el
3/5/1998.


Con el PP en los talones

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN

El País, Cataluña, 11 / 6 / 1995


El pacto entre CiU y el PSOE ha representado la más espectacular campaña de creación de imagen política de los últimos años. Para bien y para mal, Pujol se ha convertido en el ogro fiscalizador de la conducta del partido en el Gobierno y el desiderátum de todos los lehendakaris de España. En cualquier lugar de esta nación de naciones se habla de Pujol como de un salteador de caminos, pero al mismo tiempo añaden: "¡Quién lo tuviera como presidente de mi comunidad autónoma!". El planteamiento ya es de por sí sospechoso sobre los niveles éticos de las Españas, habida cuenta de que Pujol aparece como el que puede chantajear al Estado y no como el que puede construirlo. Pero todos quieren ser Pujol, todos quieren ser chantajistas. Ahí está, ahí está la Puerta de Alcalá y lo que queda de España. No hay que darle más vueltas.
    La inversión en imagen ha condicionado que al día siguiente de las elecciones buena parte de las decisiones que afectan a la política general dependan del análisis electoral que hagan los pujolistas y de las decisiones tácticas consiguientes. Por si faltara algún elemento a este protagonismo, emerge el señor Duran Lleida, que se ha metido en esta fotografia sin que ninguno nos hayamos dado demasiada cuenta de cómo ha logrado el prodigio. Hasta la penúltima crisis afectiva entre el presidente Pujol y Roca Junyent, Duran Lleida era como un Pepito Grillo de la conducta de sus socios, no demasiado atendido por ellos, según el sentir general. Pero de pronto, a medida que Roca se metía en la piel de posible alcalde de Barcelona, Duran Lleida se enfundaba el maillot verde, el que señala el premio a la regularidad en el Tour. Duran Lleida ahora sale hasta en la sopa, y no sólo en la escudella i carn d'olla de la política catalana, sino que ya navega por los mares de locura del cocidito madrileño. Hasta tal punto se le cita y se le utiliza como referente que después de Jordi Pujol y de Pilar Rahola ocupa el tercer lugar en el star system de la catalanidad.
    A Convergència le está creciendo Unió Democràtica elefantiásicamente al otro lado de la conjunción copulativa y lo que hasta hace un año era una vigilancia discreta algo quejica se ha convertido en voz en off omnipresente con respecto a lo que hace, no hace, puede hacer y dejar de hacer CiU con sus escaños parlamentarios. Pero lo que en primera instancia pudiera parecer táctica agresiva para que Unió siga creciendo al otro lado de la i, tal vez sea fruto del recelo ante la irrupción del PP en el territorio del centro derecha catalán. Unió Democràtica pertenece a la estirpe de la democracia cristiana antifranquista, bien, como el agua, escaso bajo la dictadura, y bendice el pujolismo con agua bendita de irreprochable origen, a la que se ha sumado agua bendita del Opus Dei a la catalana, sabiamente repartido entre Unió Democràtica y el PP. Tras la difuminación de UCD, CiU se sintió la reina y señora del tejido sociopolítico de centro derecha y así ha sido hasta que el incremento del voto PP provoca nerviosismos, y no solamente a los convergentes, sino también a los de Unió Democràtica, que son socios de CiU en Cataluña pero socios del PP en el universo a través de la internacional antes llamada democristiana y ahora "popular".
    Sería un error pensar que Unió Democràtica desea escindirse de esa conjunción copulativa que la une al pujolismo para irse, como en los tangos, con otra conjunción copulativa que la una al PP. De momento los políticos dominantes en la democracia cristiana catalana tienen más recelos hacia el PP que hacia Convergència porque temen ser engullidos por las fauces del ogro gramático españolista. De momento. Porque si las próximas elecciones autonómicas catalanas representan un nuevo debilitamiento de CiU y cualquier crecimiento inquietante del PP, no sólo quedará demostrado que en Cataluña había derechas escondidas a la sombra de las montañas sagradas, sino que se producirán movimientos sísmicos que tal vez no puedan resistir las mejores conjunciones copulativas. Unió Democràtica, debido a una obediencia ciega confesional, quizá esté jugando con fuego al utilizar el tema del aborto como la causa sine qua non para mantener el apoyo al PSOE. La salida de esa alianza es dramática para el PSOE, nada tranquilizante para Convergència y sumamente inquietante para Unió con el PP en los talones, así en la tierra como el cielo.