M.V.M.

Creado el
22/8/2001.



Un inventario casi total,
prólogo por Manuel Vázquez Montalbán a

La novela criminal española
entre 1939 y 1975

de Vicente De Santiago Mulas, editado por la Asociación de libreros de viejo, Madrid, 1997


    Se cita en este libro una frase del novelista y teórico de la novela policiaca, Thomas Narcejac: La novela policiaca es un relato donde el razonamiento crea el temor que se encargará luego de aliviar. Es válido para una parte de la novela policiaca, pero no lo reconozco como explicativo, por ejemplo, de mis novelas de la serie Carvalho. Y es que el proceso de conocimiento de qué ha sido y qué es la novela criminal no ha hecho más que empezar y todo estudio es poco para fortalecer ese saber.

    La curiosidad suscitada por la llamada novela policiaca española nos la merecemos los que tratamos de escribir novela criminal con rigor literario, pero sobre la base de un sustrato de literatura criminal popular, de auténtico consumo, carne literaria de kiosko que en los periodos de escasez españoles, casi todos, incluso era carne de alquiler. Hasta ahora han sido numerosos los trabajos que han tratado de glosar la nueva novela policiaca española a partir de El inocente de Mario Lacruz, las novelas de Tomelloso de García Pavón o mi ciclo Carvalho, pero también algunos tratadistas habían hecho alusión al pasado, generoso en la cantidad y no siempre en la calidad.

    Vicente De Santiago Mulas se ha dedicado a un muy serio trabajo de censo del quién es quién en la novela policiaca española. Su balance es un inventario de cuantos novelistas han utilizado la materia criminal, llevando a sus últimas consecuencias el realizado por Vallés Calatrava en La novela criminal española. De hecho tanto Vallés Calatrava en 1991 como Vicente De Santiago ahora se acogen a la connotación de novela policiaca de la que se hace responsable el profesor José F. Colmeiro: "... toda narración cuyo hilo conductor es la investigación de un hecho criminal independientemente de su método, objetivo o resultado". Ahí caben desde Santuario o Crimen y castigo hasta La verdad sobre el caso Savolta o cualquier novelita barata por su precio y por su contenido. Fiel a estos presupuestos, De Santiago Mulas se ha preocupado sobre todo porque nadie quede abandonado en las tinieblas exteriores, como paso previo a poner orden en la galaxia, porque evidentemente distancias siderales y de diverso orden separan a grupos y personalidades aquí censados.

    Es un formidable trabajo a la vez patrimonial y de base. Patrimonial porque asume toda una línea de la escritura literaria en España y de base porque ningún trabajo futuro sobre la materia podrá prescindir del esfuerzo aquí glosado. Esta línea de escritura está abierta todavía a un análisis centrado en el salto cualitativo de la novela criminal española en los años setenta, cuando se propone como una poética de la normalización democrática de España dentro de las pautas de la globalización neocapitalista. Esto ya es harina de otro costal, pero imposible de moler si no se tienen en cuenta trabajos tan fundamentales, en el sentido exacto de la palabra fundamento, como el que nos aporta Vicente De Santiago Mulas.