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Los nuestrosMANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁNEL PAÍS, 5 / 4 / 1999No pongo en duda que Milosevic sea un genocida, pero hay que admitir que ha tenido la mala suerte de ser homologado como tal en una aldea global en la que otros genocidas hasta consiguen el Premio Nobel y descubro en el bando bombardeante a cómplices de genocidios impunes porque no figuran en el Libro de los Genocidios. Lo que pongo en duda es que la catástrofe humanitaria que se está produciendo en Kosovo no formara parte del diseño de la OTAN de la situación provocada por los bombardeos. Cuanto más genociden los serbios, mejor, porque así estará justificada la futura división de Kosovo y la ultimación de la estrategia desmembradora de Yugoslavia iniciada con la presión alemana para la escisión de Eslovenia y Croacia. Estoy convencido de que la señora Bonino o José María Mendiluce, personas que me merecen un enorme crédito ético, creen que esta intervención de la OTAN se debe a motivos humanitarios, porque de lo contrario no se habrían implicado con tanta pasión en la intervención. Pero me sorprende que no recuerden con parecida insistencia todas las intervenciones humanitarias que la OTAN no ha perpetrado; por ejemplo, a favor de los kurdos sometidos a Turquía o a favor de amplias minorías étnicas e ideológicas masacradas en África y América Latina, o en exigencia del cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas, burladas repetidamente por el Estado de Israel, un Estado en el que está legitimada la tortura. Y no entiendo por qué se especializa tanto el discurso aplicado a demonizar el nacionalismo serbio y no a plantearse quiénes respaldan globalmente la investigación, producción, tráfico de armas. Por ejemplo, ¿cuántas armas de procedencia española han tenido que entrar en liza en Yugoslavia para que el Gobierno español ahora se enmascare de ángel justiciero? |