M.V.M.
 


Mensajes

Página número 90


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Nombre: MARGARITA
E-Mail:
Ciudad: BARCELONA
País:
Fecha: 18 noviembre 2003
  
Mensaje: Ya hace un mes que Manuel Vázquez Montalbán nos dejó. Todavía no me lo puedo creer. Lamento tanto su muerte, es como si alguien muy cercano se hubiera ido para siempre.
Donde quiera que estés (que es en el cielo) te gustará saber que nunca te olvidé y no he querido.
Son fragmentos de nuestro Serrat. Un intimo amigo suyo.
Sabe Don Manolo en estas elecciones he votado por usted. Y no nos ha ido tan mal. Pero qué importa.
Usted desde el cielo se reirá con tanta tontería como hay aquí en la Tierra. Rece por nosotros. Yo tambien lo hago por vd.
Un abrazo.

Nombre: Rafael
E-Mail: triana_lo_mejor_EN_hotmail_PUNTO_com
Ciudad: Barcelona
País: España
Fecha: 16 noviembre 2003
  
Mensaje: Salud amigos.
Me dirijo a este foro de opinión para dar mis condolencias a la família, amigos y lectores de esta apreciada persona y escritor.
Yo como lector, solo puedo opinar sobre su obra de la cual he quedado gratamente satisfecho y por lo que he podido leer de sus artículos periodísticos, representan y reflejan mi modo de pensar sobre la realidad social y política actual.
Habiendo leído gran parte de su obra, solo espero poder saborear y degustar sus platos literarios restantes.
Me despido con un sincero abrazo de las personas interesadas en éste ejemplar escritor y sivarita gourmet.
Firmado : VIVA LA REPÚBLICA!!!

Nombre: BEGOÑA
E-Mail: CORREOS
Ciudad: BARCELONA
País: ESPAÑA
Fecha: 13 noviembre 2003
  
Mensaje: Qué pena que no he podido conocerlo porque mi abuelo es primo de Manuel Vazquez Montalban parte de la madre de mi abuelo vivian de una calle por otra Manuel vivia en la calle Botella y mi abuelo en la calle Vistaalegre

Nombre: ignacio marijuan rebollo
E-Mail: ignacio_PUNTO_marijuanrebollo_EN_telefonica_PUNTO_es
Ciudad: madrid
País: españa
Fecha: 13 noviembre 2003
  
Mensaje: Segun la informacion publicada en prensa, mañana se presentaria en Madrid, el penultimo trabajo de MVM sobre la aznaridad. No he vuelto a saber nada al respecto. ¿ Alguien sabe algo al respective ?
Gracias y un fraternal abrazo a todos

Nombre: Laura Ramírez Santiago
E-Mail: lalibidinosa_EN_hotmail_PUNTO_com
Ciudad: Huajuapan de León, Oaxaca.
País: México
Fecha: 13 noviembre 2003
  
Mensaje: Y durante mucho, mucho tiempo, quise que fuera mi profe. Hubiera deseado tenerlo en la clase de literatura y redacción en la preparatoria, en vez del menso del Salvador, que era un tío que no se lo deseo ni al peor de mis enemigos.

Y es que Don Manuel era, es, como el vecino que nos merecemos todos. Solidario, buen conversador, sabía cocinar, y se preocupaba por el bienestar del barrio, del mundo.

Pero no puedo extrañarlo por eso, porque, me cago en la leche, nunca lo conocí personalmente.

A Don Manolo lo extraño por tantas cosas que me daba en una buena historia de detectives cuando había tan pocos motivos para no preocuparse en una casa de locos como lo fue la mía.

Manolo, donde quiera que estés, quiero decirte que te quise, que te quiero mucho, que nos haces falta a todos, incluso a los que nunca han oido hablar de tí, pero que sin embargo, sin duda, contemplabas con tu mirada de gran observador.


Nombre: Rafael Sarmiento R.
E-Mail: empresa_idem_EN_yahoo_PUNTO_com_PUNTO_mx
Ciudad: Puebla
País: México
Fecha: 13 noviembre 2003
  
Mensaje: Yo lo quisé, durante mucho tiempo lo buscaba en la esquina de un diario, una página web. Todavía lo busco en sus novelas. Los libros están ahí, en el librero. Entrar en una librería y descubrir un libro de Manuel Váquez Montalbán (Manolo, con cariño), que antes no conocía era motivo de un gran regocijo. Lo mejor, los remates de libros que nunca se vendían donde se apilaba su nombre junto al de Borges, al de Cortázar, Flaubert, Salgari, Marqés de Sade.

No era sólo un escritor, para mí fue una luz en la oscuridad de estos tiempos de globalización y espantapájaros de la esperanza. La revancha de la inteligencia. Su voz, su pensamiento, eran una revancha de nosotros, los derrotados.

Pero la pinche derrota no es para siempre y es lo que a mí me decía Manolo en cada guiso que Carvalho cocinaba, en cada puñetero libro que quemaba.

Si, tengo tristeza y le mandó a la familia un enorme abrazo trasatlántico. Pero a manolo no lo he perdido. Lo tengo en el estante y sigue siendo mi mejor amigo.

Nombre: Pablo Miguel Barbero Quinteros
E-Mail: pbarbero1_EN_hotmail_PUNTO_com
Ciudad: Buenos Aires
País: República Argentina
Fecha: 12 noviembre 2003
  
Mensaje: Con todo el dolor del mundo y a punto de viajar a España, la tierra querida que mi padre dejó en el exilio en 1939 ( rojo a mucha honra), me enteré de la muerte de Manolo. Pero , como dice Miguel Hernández en una de sus elegías: " hay muertos que crecen y se agrandan, aunque el tiempo desvaste su gigante esqueleto" Manolo seguro es uno de ellos.    
    Pablo. El argentino rojo.

Nombre: eduardo mazo
E-Mail: mazo_EN_eduardomazo_PUNTO_com
Ciudad: barcelona
País: ESPAÑA
Fecha: 11 noviembre 2003
  
Mensaje:
Estimado amigos, les envío una nota que escribí ante el fallecimiento de Manolo. Un abrazo. eduardo mazo

LA COPA VACÍA DEL BOADAS

Ahora no, todavía no. La muerte siempre se toma su tiempo para existir y presentarse: primero nos aletarga, nos disuelve en una especie de magma espesa, casi irreal, nos confunde, luego, ella misma se estira reptando, lenta, casi subrepticiamente, para que vayamos acostumbrándonos al dolor y éste vaya adoptando la forma de los días, los cotidianos absurdos de los porqué y los cuándo. Pero hay un momento en que ese vacío sube al podio del recuerdo, y entonces sí, entonces, aquella ausencia que pudo soportarse, ahora se condecora de congoja y tristeza. Y esto sucederá un viernes, precisamente, el veintitrés de abril del año próximo, un día gordo de libros, de flores, de ganas de vivir, de enamorarse, de volar más allá del calendario, cuando ese día, a metros de la rambla, (que lucirá sus galas recordando a aquél guerrero que vence al dragón defendiendo a la princesa), ahí cerquita, en la coctelería Boadas, quedará una copa esperando para siempre a Manuel Vázquez Montalbán, que, por primera vez, fallará a su ritual del día del libro. Los parroquianos harán un minuto de silencio, alguien leerá, como un mensaje hacia un invisible horizonte, uno de los poemas del amigo que se ha ido, aquél que termina diciendo, como una premonición: “más nunca se atraviesa el espejo de la propia memoria”. Tal vez Manolo nos quiso decir en sus poemas aquello que deseó en silencio, en ese diálogo que todos entablamos con nosotros mismos para imaginarnos que somos lo que no, que, de pronto, intrépidos, nos lanzamos a las más peligrosas aventuras o rectificamos los pasados para hacerle un corte de manga a la apretada realidad. En ese territorio secreto, Manolo soñaba, tal vez, que junto a Rusiñol, a Casas, a Picasso, y a todos aquellos bohemios de un tiempo respirado ayer, caminaba las calles del Raval, su barrio querido, escanciando nieblas, trastabillando en bordillos irrespetuosos y cubriéndose con ese rubor de los hombres nobles que sólo ejercen la timidez en la pequeña cosa, pero se levantan en coraje y audacia frente a las dictaduras y a las sevicias de cualquier poder. Porque Manolo nos demostró que para ser un gran hombre no se necesitan grandes gestos, sólo un línea de dignidad, de coherencia, de limpia mirada, una lealtad con los orígenes y los amigos. Manolo era todo eso. Y además, era escritor.




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