Mensajes
Página número 43
A los diez mensajes posteriores
| Nombre: | Abraham |
| E-Mail: | abrahamruiz_EN_hotmail_PUNTO_com |
| Ciudad: | Cuenca |
| País: | España |
| Fecha: | 19 noviembre 2002 |
| Mensaje: | Hola. Antes de nada, felicitaros por la labor que desarrolláis en esta página. Sólo quería informaros de que Montalbán también escribió un prólogo al libro '1984' de George Orwell en junio de 1983 y publicado por el Círculo de Lectores. Espero que les ayude a que su página sea cada vez más completa, labor compleja teniendo en cuenta la cantidad de escritos realizados por Montalbán. ¡Un saludo! |
| Nombre: | Jorge I. Fernandez |
| E-Mail: | jorgeignaciofer_EN_eresmas_PUNTO_net |
| Ciudad: | Sevilla |
| País: | EspañaAun |
| Fecha: | 18 noviembre 2002 |
| Mensaje: | Aun considerandolo no del todo congruente, porque no lo es lo que escribes, solo decir si acaso algo ya escrito: ¡No es eso¡. ¡No es eso¡.(de otra forma, claro) Sufrimos actualmente una metamorfosis. Quizas dentro de un dia, un año, un milenio, nuevas formas de vida, de comunicación, de entendimiento entre los seres humanos nacerá. Implicará un nuevo calendario, nuevas formas de enfocar los problemas, la vida. Sin embargo siempre existira, de forma perenne, a traves de los milenios esa semilla, que nace en primavera, en esa primavera de los que que sueñan en un mundo mejor, mas igualitario, mas racional. es muy probable no se llame Marxismo, pero siempre, al igual que Hadas o Meigas, en unos recuerdos perdidos en el tiempo existirá esa consciencia. |
| Nombre: | Paloma |
| E-Mail: | |
| Ciudad: | Cortegana (Huelva) |
| País: | España |
| Fecha: | 16 noviembre 2002 |
| Mensaje: | Querido Manolo: No sé si lo recuerdas pero en Mayo del 74 escribiste un artículo que se llamaba "Cuidado con la libertad". Pues bien, esta tarde lo he estado leyendo una y otra vez y lo he comentado. Gracias por tu labor como escritor y como periodista porque eres el ejemplo a seguir para muchas personas como yo, que anhelamos hacer el periodismo que tú has hecho, y sigues haciendo: un periodismo de obras e ideas. |
| Nombre: | alejandra espinoza aguirre |
| E-Mail: | alejandraespinozaaguirre_EN_hotmail_PUNTO_com |
| Ciudad: | valparaiso |
| País: | chile |
| Fecha: | 16 noviembre 2002 |
| Mensaje: | Gracias por la ayuda que me otorgaron a travez de este portal, soy estudiante de Historia y Geografia y necesitaba esto para realizar un ensayo de la obra medieval Erec y Enide. ojala saque buen calificativo. se despide Ale |
| Nombre: | Juan Carlos Deus |
| E-Mail: | jcarlos_EN_estudiocarreira |
| Ciudad: | A Coruña |
| País: | Reino de España |
| Fecha: | 14 noviembre 2002 |
| Mensaje: | Hola, quisieramos contactar contigo para hablar de lampreas y vino del condado. |
| Nombre: | Marco Fabio Vazquez Hernandez |
| E-Mail: | marcfbiodr_EN_hotmail_PUNTO_com |
| Ciudad: | Cd. Delicias Chih. |
| País: | Mexico |
| Fecha: | 13 noviembre 2002 |
| Mensaje: | HOLA! Me parece muy interesante su libro sobre canción popular española, lo poco que se puede consultar a traves de este medio. estoy tratando de obtener información sobre una canciòn llamada "contigo mi vida" y sobre la persona que la cantaba "juan Carlos Cazares" espero que me pueda ayudar. Muchas gracias. Marco Fabio |
| Nombre: | jose-antonio perez ruiz |
| E-Mail: | japerezone_EN_hotmail_PUNTO_com |
| Ciudad: | madrid |
| País: | españa |
| Fecha: | 6 noviembre 2002 |
| Mensaje: | Le siguo bastante a traves de sus libros y de sus articulos en prensa.Me gustaría preguntarle por un asunto difícil sobre el que usted nunca a comentado nada, ni siquiera para desmentirlo.¿Hay algo de cierto en las acusaciones de plagio que supuestamente ha hecho usted a escritores tan distantes como Vizcaino-Casas y Ricardo de la Cierva? Un saludo. |
| Nombre: | thoerry teodoro |
| E-Mail: | theo_parfum_EN_yahoo_PUNTO_fr |
| Ciudad: | paris |
| País: | francia |
| Fecha: | 1 noviembre 2002 |
| Mensaje: | Hola encontre esta pagina porque me gusta encontrar las versiones originales de canciones conocidas (que me gusten). Estoy tratando de saber quien canto por primera vez "la luna y el toro" y en que ano. Tengo esta cancion por lola flores (pero tampoco se cuando la canto; La sabe usted. Quien canto por primera vez la morena de mi copla? Muchas gracias por darme informaciones. Thierry |
| Nombre: | Esther Alvarez |
| E-Mail: | eal_EN_pinon_PUNTO_ccu_PUNTO_uniovi_PUNTO_es |
| Ciudad: | Oviedo |
| País: | España |
| Fecha: | 30 octubre 2002 |
| Mensaje: | Simplemente quería invitar al Sr. Montalbán a un Curso de Verano (2003) en la Universidad de Oviedo sobre el género policiaco en la literatura y en el cine. Si estuviera interesado, por favor, póngase en contacto conmigo en la dirección de correo electrónico siguiente: eal@pinon.ccu.uniovi.es Gracias. |
| Nombre: | Luis Arias Argüelles-Meres |
| E-Mail: | luislanio_EN_wanadoo_PUNTO_es |
| Ciudad: | Lanio(Salas-Asturias) |
| País: | Celtiberia |
| Fecha: | 29 octubre 2002 |
| Mensaje: | Viernes, 25 de octubre del 2002 | Edición Número 745 La transición, acto II (Sobre el 20º aniversario de la victoria socialista del 28-X-82) Luis Arias Argüelles-Meres. "Lo más difícil de administrar es una victoria política" (Azaña)1. "De todas las numerosas y antiguas causas que produjeron en la nación española este estado moral, los hombres de mi generación somos absolutamente irresponsables. Nos horroriza el pasado, nos avergüenza el presente; no queremos ni podemos perder la esperanza en el porvenir" (Azaña)2. Día 20 de Octubre de 1982. Se inicia el acto segundo de la etapa que había arrancado el 20 de noviembre de 1975. No es cierto que en ese momento se acabase la llamada transición. Incurren en semejante error los que desconocen la estructura del drama. Tras la muerte del dictador se pone sobre las tablas una obra en tres actos. Y nadie se asomó a esa representación como espectador teatral. Mal hecho, porque así no se entiende lo que ha venido ocurriendo. Nos enseñaron los clásicos del teatro que la vida es sueño, pero que el mundo, como espectáculo, sobre todo la vida pública, es teatro, lo obsceno por definición, o sea, lo que es por y para la escena. Y aquí no hablaremos de ningún gran teatro del mundo, sino de un drama, poco heroico, con tres actos. Acto I: El último presidente de Franco, don Carlos Arias, fue confirmado en su cargo por el nuevo Jefe de Estado, según lo previsto en las leyes del Régimen. Nuevos ministros aperturistas, hacían su destape paralelo en medios extranjeros, promesas, esperanzas, miedos, pero aquello no avanzaba. El pretendidamente resucitado espíritu del 12 de febrero no daba para mucho. Al frente de las viejas Cortes franquistas, otro hombre del Régimen -éste sí- decidido y comprometido con el cambio, Torcuato Fernández Miranda. Al final, aquello tan caduco llamado Consejo del Reino, tras la dimisión de Arias, ofrece la terna. De ahí sale Suárez, el gran negociador, el artífice de la transición, el que sacó adelante una ley de Reforma Política, el que legalizó en plena Semana de Pasión del 77 al PCE, el que negoció con los partidos, el que sacaría adelante los Estatutos de Autonomía más ambicionados y el que presidiría el Gobierno en la Legislatura en que se redactó y aprobó la Constitución de 1978. Para la prensa más fiel al viejo Régimen, Suárez era un traidor, un hombre salido de las filas azules que deshacía aquello tan renombrado que se conocía como Movimiento, al que defendían los llamados inmovilistas del Búnker. El gran logro de Suárez fue conseguir que Carrillo aceptase la bandera monárquica y la pusiese tras de sí en un inolvidable acto para la escena y para la historia. Si el ex vicesecretario del Movimiento con Herrero Tejedor se cargaba el viejo Régimen, Carrillo, al frente del partido que más oposición había presentado al franquismo, renunciaba a la bandera de las libertades y del exilio, a la bandera tricolor. Carrillo, aceptando aquella bandera, mandaba la impedimenta simbólica de la izquierda a los desguaces. Blas Piñar, Girón de Velasco, más algunos periódicos de tinta azul no ocultaban su convicción de que el Régimen surgido tras la Gloriosa Cruzada había sido traicionado, y algunos apuntaban más alto aún que a Suárez. Triunfaba la Reforma. Y la ruptura se aparcaba. Así pues, para las dos ortodoxias se consumaba una traición. Cada cual abominaba de la que sufría. Pero, ¡ay!, Hubo una importante vuelta de tuerca. Aquel mando del Guardia Civil con bigote entra en el Parlamento democrático. La intentona fue sofocada, y la sociedad española se iba decantando por la ruptura, hacia el punto y final con los resabios franquistas que pudieran quedar como el golpismo. Desarbolado el partido del Gran Timonel de la Reforma Política, con un Suárez dimisionario, un Calvo-Sotelo gafe y un Landelino Lavilla que nos asustó a todos saliendo de su mansedumbre acostumbrada, el partido de González, de aquel gran parlamentario que había puesto a Suárez contra las cuerdas en una irrepetible moción de censura, iba camino de la mayoría absoluta. La izquierda iba a ganar con aquel famoso y magnífico lema del Cambio. Empezaba el acto II de la transición. Tocaba romper con el franquismo. Había llegado la hora de la izquierda, de un partido republicano que aceptaba accidentalmente la monarquía, de un partido que, según González, tenía una clara vocación de transformar la sociedad. Pilar Cernuda cuenta en su libro sobre González: "Azaña, en esas semanas en las que Felipe González había ganado ya las elecciones, pero todavía no era Presidente del Gobierno, fue un punto constante de referencia en sus conversaciones, como ejemplo que no había que seguir, a pesar de su admiración por el político republicano."3 No había que enfadar a la derecha. Se imponía dejar para mejor ocasión el recuerdo de la historia. Este cambio se produjo en muy poco tiempo, pues, en los años anteriores al 82, el PSOE era un partido más radical que el PCE. Viene al caso reproducir unas palabras de Paloma Aguilar Fernández: Felipe González y Alfonso Guerra llegaron a afirmar en una publicación conjunta del año 77 que "si hoy la derecha se autocalifica como centro; el centro, izquierda; los liberales, socialdemócratas; y los comunistas, socialistas; los socialistas se proclaman revolucionarios. Porque son demócratas, los socialistas piensan que no puede existir democracia real en la sociedad capitalista".4 Fue la etapa de González la que hizo la política más antisocial de la democracia. La que incurrió en una corrupción política estomagante a más no poder. La que sacó adelante los contratos- basura. La que incurrió en el terrorismo de Estado. La que más paletadas de tierra echó sobre la muy sepultada memoria histórica. En 1982 se inició el acto II de la transición política. Duró 14 años, uno menos del que le corresponde de mandato a una generación según Ortega, y se consumó una traición histórica, no sólo a los principios que concibieron el socialismo, sino también a toda la izquierda, incluida la tradición republicana, el jacobinismo, laicismo y federalismo. Gracias a este segundo acto, estamos de lleno en el tercero donde los rescoldos del franquismo más rancio están tan entusiasmados con lo que ahora tenemos que bendicen esta Constitución tan avanzada y aconfesional. En este instante de la representación estamos, donde la derecha más reaccionaria halaga el proceso que surge tras la muerte del general Franco. Es momento, pues, para la hilaridad, para rebajar la tensión dramática y para sonreír ante una representación tan poco abultada de carga épica y de lirismo estremecedor. Cuando al final del todo se levante el telón, el personaje que protagonizó el segundo acto, será despachado con abucheos. Por las dos justicias, que vienen a ser una sola: la histórica y la poética. Luis Arias Argüelles-Meres es autor del libro, La España descabezada. Alba Editorial, Barcelona, 1999. Este libro se ocupa del periodo que va de 1982 a 1999. 1. Manuel Azaña. Mi rebelión en Barcelona. Espasa-Calpe. Madrid, 1935. Pág.97. 2. Manuel Azaña. El problema español. Conferencia pronunciada en Alcalá de Henares en 1911. 3. Pilar Cernuda. El Presidente. Temas de hoy. Madrid, 1994. Páginas 267 y 269. 4. Paloma Aguilar Fernández. Memoria y olvido de la Guerra Civil Española. Alianza Editorial. Madrid, 1996. Pág. 321. |